La Ética Empresarial Como Fuente De Ventajas Competitivas?
Juanfrancisco Agüero
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La ética suele mejorar el funcionamiento de la empresa mediante varias vías: Reduce los conflictos de los miembros que la forman. Mejora la imagen exterior de sí misma. Supone un componente esencial del concepto de ‘calidad total’, tan importante hoy día.
¿Qué es la ética empresarial como fuentes de ventajas competitivas?
Ética empresarial y ventajas competitivas El desafío ético en la empresa Las organizaciones empresariales modernas están cada vez más interesadas en desarrollar prácticas éticamente aceptables. Esto ha ido aparejado a cada vez una mayor preocupación, por parte de la sociedad, por los temas relacionados a la conducta ética de las empresas ( Cortina: 1998) La ética empresarial es una de las ramas de la ética aplicada que tiene como fin establecer los parámetros normativos de índole moral conducentes a determinar que prácticas empresariales son aceptables y cuáles no lo son.
La importancia de determinar y esclarecer el ámbito normativo en la empresa ha sido destacado por Fernando Savater (1998), quien nos plantea que si alguna institución social refleja adecuadamente los conflictos, los valores, las culturas y los problemas de una sociedad en un determinado tiempo histórico, ésa es la empresa.
Sostiene acertadamente que “en su concreción convergen todas las tensiones de la producción social”. Por ello, para el filósofo español, es de un enorme interés preguntar por su grado de ” eticidad”, por la realidad de la ética empresarial. Adela Cortina (1998; 89), por su parte nos plantea que: “la ética empresarial consistiría, por tanto, en el descubrimiento y la aplicación de los valores y normas compartidas por una sociedad pluralista —valores que componen una ética cívica— al ámbito peculiar de la empresa, lo cual requiere entenderla según un modelo comunitario, pero siempre empapado de postconvencionalismo” Diversos investigadores sostienen que las empresas éticas deben desarrollarse según los siguiente parámetros: prácticas de acuerdo a los valores de la empresa, construir valores compartidos entre todos sus miembros, garantizar la satisfacción de todos los agentes involucrados en la empresa: accionistas, directivos, empleados, proveedores y clientes y garantizar la responsabilidad social.
- Las organizaciones empresariales, como consecuencia de sus procesos productivos, generan un impacto económico, social y ambiental.
- Históricamente estos pasivos generados como consecuencia del desarrollo de una actividad económica no han sido asumidos por las empresas sino por el resto de la sociedad.
El paulatino y creciente interés por parte de la sociedad con respecto a las prácticas que desarrollan las empresas ha llevado a que el conflicto potencial entre las organizaciones y la sociedad de acreciente. La sociedad ha empezado a percibir más claramente que está asumiendo un conjunto de pasivos económicos, sociales y ambientales como consecuencia de la actividad económica.
- Los estados, frente a esta situación, han normado legalmente tanto parámetros para la actividad económica como sanciones de índole civil, penal y administrativa para las empresas infractoras.
- Frente a ello, las empresas han empezado a percibir claramente que las prácticas anti-éticas conducen a su descrédito, reducen su prestigio y acaban finalmente con si credibilidad y permanencia en el mercado ( Cortina: 1998).
La escuela de negocios de Harvard, entre muchas otras, ha empezado, desde los años 80´s, a implementar programas de formación de alta gerencia basados en la formación en ética empresarial. La experiencia de Harvard se encuentra resumida en el libro Can Ethics be Taught?Perspectives, Challenges, and Approaches at Harvard Business School (1993).
- El texto muestra la evolución, la estrategia y la implementación del programa de Liderazgo, Ética y Responsabilidad Corporativa en la Harvard Business School.
- Lo más importante es la estrategia del programa en sí para hallar el enfoque y los contenidos apropiados de los cursos de ética dentro del currículo de la profesión gerencial (MBA).De acuerdo al enfoque de la universidad de Harvard, la educación de los hombres de negocios tiene que ver no sólo con competencia, sino también con responsabilidad; no sólo con habilidades, sino también con actitudes.
Plantean que las facultades de Administración deben desarrollar en sus graduados un sentido de responsabilidad social y uno de ética de los negocios. Ética y ventajas competitivas Actualmente está aceptado que la ética empresarial es una de las formas más confiables a través de las cuales las organizaciones son capaces de mejorar su capacidad competitiva.
- Las prácticas éticas les puedes permitir a las organizaciones atraer clientes y personal de alto nivel.
- Según Ortiz Ibarz, José (1995), El comportamiento ético en las empresas representa una clara ventaja competitiva para las empresas.
- Las conductas éticas agregan valor a las organizaciones y a los bienes y servicios que éstas producen, beneficiando sustancialmente a la economía y la sociedad.
No hay forma de mejorar las ventajas competitivas si no se alcanza el liderazgo ético. En éste sentido Pérez López, Juan Antonio u otros (1998) Nos plantea las preguntas: ¿Es incompatible la ética y el humanismo con la dirección empresarial? ¿El mundo de la empresa está destinado a personas que tienen que olvidar sus principios éticos, pues de no hacerlo fracasarían? Frente a ello nos plantea la idea de que la ética no es incompatible con el éxito en el mundo de la empresa, además de permitirnos desarrollar un verdadero liderazgo.
- Los conceptos que ofrecen un enfoque humanista y ético de la empresa permiten conocer mejor los anhelos y motivaciones de las personas que trabajan en ella, sus debilidades y virtudes, y esto ayuda a dirigirlas mejor.
- En los últimos años se ha producido un significativo avance en la creación de mecanismos que permitan la integración de la ética con las prácticas empresariales.
Al respecto Bernardo Kliksberg (2011) nos plantea lo siguiente: “Asimismo se observa que la RSE aumenta la competitividad de la empresa y que las empresas que apoyan el trabajo voluntario de su personal tienen mejor productividad, porque el personal se identifica más con ellas.
A esto se suma un dato que no entra en los análisis económicos convencionales: la votación de los mercados. En los Estados Unidos se estima que hay 50 millones de consumidores que prefieren comprar productos que responden a “un estilo de vida sano y tolerable”. Mueven un mercado de 230.000 millones de dólares”.
Es menester advertir que las prácticas éticas, por parte de las organizaciones no sólo son éticamente aceptables; sino además son rentables económicamente, además de asegurar la permanencia de las empresas en el mercado a largo plazo. Las prácticas éticas se han convertido en un componente importante del desarrollo organizacional.
En éste sentido, la preocupación de la sociedad con respecto a la conducta ética en las empresas y la cada vez mayor competitividad imponen a las empresas la necesidad de plantearse y desarrollar una normatividad ética como forma de garantizar la competitividad y la permanencia en el mercado a largo plazo.
Savater, Fernando (1998), La dimensión ética de la empresa, Fundación Social y Siglo del Hombre, Bogotá. Cortina, Adela.(1998), Ética de la empresa, Trota, Madrid. Harvard Business School (1993) Can Ethics be Taught? Perspectives, Challenges, and Approaches at Harvard Business School Ortiz Ibarz, José Ma.
¿Cómo se relaciona la ética con la competitividad?
La ética, factor clave para la competitividad 22-May-2018 | Cada día es mayor la exigencia social de comportamientos éticos en todas las actividades humanas. El caso más reciente de presumible mala práctica en el curriculum académico de la presidenta de la Comunidad de Madrid que ha acabado con la prometedora carrera política de Cristina Cifuentes, es solo un ejemplo de actuaciones que la sociedad ya no está dispuesta a tolerar.
- Pero esto no afecta solo al ámbito social de las relaciones entre personas.
- Es fundamental en las relaciones empresariales para el buen funcionamiento del mercado.
- Solo a través de la ética en los comportamientos se genera la confianza suficiente para el desarrollo correcto de las transacciones comerciales.
Sin duda es la ley la que regula esas transacciones, pero la ley sola es insuficiente para facilitar los intercambios comerciales, Solo actúa en caso de conflictos, que deben ser un porcentaje mínimo de las operaciones que se producen. La inmensa mayoría de negocios se desarrollan en base a la confianza entre las partes de que cada una será capaz de cumplir las obligaciones que adquiere en la relación comercial (es el apretón de manos que hasta no hace demasiado tiempo sellaba el compromiso).
Hablamos de la ética como el conjunto de valores, normas y principios que ayudan a la empresa a buscar el progreso conjunto con todos sus grupos de interés, clientes, proveedores, empleados, entorno social. En este sentido, la ética empresarial es un factor clave para el desarrollo de la Responsabilidad Social de la Empresa y, en consecuencia, de su capacidad para competir.
Sin duda, en el largo plazo, recibes según tu comportamiento, de manera que un negocio ético –lógicamente, adaptado a la expectativa de los clientes que constituyen el objetivo de la empresa- acaba siendo siempre un buen negocio por muchas razones: la integridad de las personas que forman la empresa y los valores que la definen (transparencia, honestidad, profesionalidad, coherencia) provocan comportamientos predecibles, por tanto confianza en los clientes, proveedores, mercados y entorno social, y esa confianza es, como decía, la base sobre la que se construyen negocios sostenibles.
- Y ante esto solo cabe una posición: la gestión de la empresa debe sustentarse en el compromiso con el desarrollo social armónico con todos sus grupos de interés.
- Como decía el profesor Iwao Taka, en términos generales, “en una relación de confianza, aquel en que se confía debe pensar, en primer lugar, en los beneficios de quien le otorga dicha confianza, de manera que los beneficios de la empresa deberían ser consecuencia del respeto a los beneficios obtenidos por la sociedad”.
Solo los planteamientos ‘gana-gana’ son realmente útiles, En mi opinión, desde hace ya tiempo, estamos en la etapa de la ética en los negocios, en la etapa del compromiso compartido por todos los que formamos parte de la empresa, y en la extensión de este compromiso a todo el entorno que rodea a la empresa y que tiene interés en la misma.
- Y ese entorno es muy amplio: directivos, empleados, propietarios, clientes, proveedores, administraciones, entorno social, etc.
- Solo entre todos, trabajando juntos para el progreso social descrito, conseguiremos empresas rentables, competitivas y sostenibles a largo plazo.
- Entendiendo claramente que no hablamos solo de ser buenos vecinos sino de compartir, lo que exige conocer, innovar, anticiparse, evolucionar con el entorno y nuestro compromiso para mejorarlo.
El comportamiento ético es clave para el diseño de la calidad de nuestra empresa y primer factor de competitividad. Su desarrollo nos compromete a todos los que trabajamos en la empresa. Hablar de ética empresarial es, por tanto, hablar de las personas en la empresa,
¿Qué ventajas tiene la ética en una empresa?
¿Cómo se aplica la ética a la empresa? – Existen diversos caminos para integrar la ética en los negocios y las organizaciones. No obstante, hay tres herramientas básicas:
El código ético o de buena conducta es un documento formal que recopila los valores, principios y pautas éticas que la empresa asume de forma voluntaria en el desempeño de su actividad y que sirve de guía para los miembros de la organización. Un código de ética fija normas que regulan el comportamiento de las personas dentro de la compañía, No divulgar información confidencial y no discriminar a los compañeros por motivos de raza o religión son ejemplos de postulados que suelen incluirse en los códigos éticos. El comité de ética, que es el órgano encargado de promover y vigilar el cumplimiento del código ético en la organización, y en su caso de aplicar las sanciones. Se ocupa del seguimiento y control de los compromisos adquiridos en el código de ética, También tiene como función asesorar en la búsqueda de soluciones a los dilemas y conflictos éticos internos (desigualdad, acoso laboral, retribuciones injustas, etc.) y externos (no transparencia, publicidad engañosa, corrupción, etc.). El comité debe ser multidisciplinar y estar compuesto por personas que representen a todos los estamentos de la empresa y grupos de interés. La auditoría ética, un sistema de información pública en favor de la transparencia ; una herramienta de evaluación del desempeño ético de la organización. Según ÉTNOR, esta «complementa y equilibra la información económica con lo social y medioambiental, sometiéndola al criterio de un asesor externo». Las compañías han de actuar conforme a unos principios y valores éticos. Incorporar la ética en la empresa ayuda a mejorar su reputación social y lograr una mayor confianza, tanto entre sus empleados como hacia unos consumidores o clientes que hoy más que nunca demandan transparencia, honestidad, responsabilidad y compromiso con el entorno,
Elisabeth Lahoz
¿Que permite la ética en la competitividad profesional?
La ética profesional, como toma de conciencia moral, permite que el profesionista asuma el compromiso y la responsabilidad de contribuir a través de su práctica profesional a mejorar y elevar las condiciones de vida de una sociedad.
¿Qué importancia tiene la ética para ser competitivo en la sociedad?
La ética profesional Gilda Ramona Roa Colman, Celia María Martínez y Jessica Acosta Universidad Columbia del Paraguay Nota de los autores Sede Central 25 de mayo, carrera Ciencias Contables y Administrativas [email protected] Introducción El ser humano no es solo el yo individual, sino también es el yo social.
El yo individual le permite la libertad de elección, el yo social le indica que situación tiene consecuencias que transcienden la individualidad, es de esta forma que: el acto del ser humano es un acto consciente, libre y voluntario que en automático se convierte en un acto moral, el cual nos remite a la responsabilidad, la que nos obliga a responder por lo actuado o no actuado.
De esta manera, se puede responsabilizar a cualquier persona por algún hecho, ya sea por la mala aplicación de sus conocimientos o por realizar una mala evaluación, por ausencia, abuso de poder, mala práctica y por dar informaciones tergiversadas. Actuar éticamente implica, entonces actuar acorde con las normas y reglas de comportamientos impuestas por la sociedad que nos rodea, por eso la ética vive en cada ser humano sea cual sea su profesión y su entorno.
- La ética profesional, por ende, nace de un trabajo al servicio de los demás.
- Esta se debe vivir en cada una de las situaciones afrontadas en nuestra vida (social o laboral), permitiendo así la búsqueda de la excelencia profesional a través de la honestidad y responsabilidad.
- De esta forma entiendo que la ética profesional es parte de la conciencia individual, que se manifiesta en un comportamiento social responsables acerca de los deberes de una profesión, después de haber asumido un código de ética conocido o escrito, mediante un proceso de socialización manteniendo el equilibrio entre lo personal y social que permita estudiar, aplicar y resolver problemas profesionales con la mayor competencia y honestidad posibles.
Por eso no está de más hablar de la importancia de la responsabilidad y honestidad que deben tener todas las personas, especialmente las profesionales, que con su conocimiento tienen mayor acceso al poder y, por lo tanto, mayor responsabilidad, porque a mayor conocimientos a mayor responsabilidad y de esto se requiere una sensibilidad de conciencia profesional y de apego a la verdad, a la honestidad y a la responsabilidad, porque tienen entre sus manos la tarea enorme de informar y orientar a la sociedad.
- El fin de la ética es indicarnos el camino del bien.
- Y el bien, es el objeto al que dirigimos todas nuestras actividades”.
- La ética profesional La ética tiene que ver con el compromiso de ser una buena persona, la cual pasa por la realización del bien común, es la rama del saber que se ocupa del estudio de las acciones morales de los individuos y de los grupos así como de las reglas y normas que rigen ese comportamiento en una sociedad determinada.
Los seres humanos a pesar de nuestros condicionamientos, hacemos opciones fundamentales, tiene que ver con el bien personal, la auto realización o felicidad para lo cual participamos una actividad comunitaria que permitió a la revalorización de nuevas actividades humanas.
- De lo contrario, nuestra existencia social se pone en peligro, porque el bien común abarca la realización de las necesidades indispensables para vivir humana y dignamente (Ruiz, 2010).
- Es un fin noble, es decir, el servicio de los demás: el curar, enseñar, informar, la convivencia justa, cuando el hombre siga o no tales normas al evaluar sus propios actos, que por ser humano son libres, implica que la ética tiene más relación con la voluntad del hombre que con la moral.
Un conjunto de conocimientos sistemáticos, metódicos y racionales basados en la experiencia y fundados en principios, la profesionalidad será una virtud pública en la medida en que sirva a los intereses comunes de la sociedad y será una virtud privada en la medida en que ayude al individuo a serlo realmente, a ser autónomo y no esclavo de sus actividades.
No son dos cosas distintas, alguien es buen profesional cuando realiza con destreza y responsabilidad la finalidad de su actividad (González, 2.012). La ética en la conciencia moral de todo ser humano les sirve de motor, freno o de dirección según los casos al momento de actuar, le permite no incurrir en conductas equivocadas en su comportamiento profesional, ya que la ética no solo regula lo que debe hacer o no, sino también el cómo debe hacer.
El proceder bajo las normas éticas permite resolver tales situaciones sin choques de conciencias (González, 2.012). Debido a la evolución que ha sufrido la palabra ética se ha llegado a confundir con la moral, concepto que deriva del latín y que también significa costumbre.
La gran diferencia radica en que la moral es “la ciencia que enseña la reglas que deben seguirse para hacer el bien y evitar el mal” o también “el conjunto de normas y hechos que conducen al hombre hacia la práctica de las buenas costumbre, la honestidad y el cumplimiento del deber”, en cambio la ética es “aquella parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”.
En el contexto actual requiere con urgencia que los profesionales de las empresas y organizaciones practiquen la responsabilidad social y sean éticos, necesitamos que los actores de la innovación institucional sea competente, creativos, contextuales, conceptuales y que comprendan que la solidaridad es la clave para lograr la sostenibilidad.
A partir de esta definición podemos darnos cuenta del sentido de una profesión. En primer lugar, una profesión busca realizar un bien o finalidad, que es indispensables para la vida social. Pero su realización exige el cultivo de hábitos o excelencias por parte del sujeto y de la acción que realiza. Finalmente, la actividad profesional no es una actividad aislada sino comunitaria, la cual le da una identidad profesional.
El logro de dicha finalidad es lo que le da sentido y legitimidad social a la profesión (Pedrini.2017). La ética profesional establece cómo deberían ser las condiciones en las que un ser humano se relacione con su entorno. Es importante que un profesional ofrezca un servicio justo y que realice una buena labor, es lo que corresponde y que resulta bien para los clientes.
La ética empresarial tiene tres ramas: economicismo limitado (tiene como objetivo maximizar los beneficios, pero respetando las normas legales), dualismo racionalista (busca los beneficios pero respetando los principios que establece alguna teoría ética racionalista) y en tercer lugar está el realismo moderado (entiende que el ser humano puede identificar las necesidades de su entorno y establecer una relación equitativa con este medio).
La ética no implica coacción, es decir, que está libre castigo físico, sanciones o multas como los de la sociedad, por ejemplo el que tendría robar un auto. Lo que si implica los actos ética y moralmente incorrectos es la responsabilidad. Las personas deben ser responsables sobre sus propios actos, dado que cada uno de nosotros siempre actúa con libertad, voluntad e inteligencia, no de manera forzada.
- También tienen que ver la libertad y la voluntad con la elección de una carrera, por lo tanto la persona humana debe ser respetuosa de las obligaciones y derechos que esa profesión conlleva (Ruiz, 2010).
- Asimismo, los derechos también son importantes en la ética profesional, ya que si un profesional sostiene que hay algo que no responde a lo que él considera correcto en su pensamiento ético, no debería estar bajo ninguna circunstancia obligado a hacerlo.
Un individuo podrá establecer su ética profesional mediante dos puntos fundamentales, como primer punto valores individuales; los valores individuales son todos aquellos que poseen una persona a través de sus vivencias, experiencias y su propia voluntad y como segundo punto código oficial de ética; este tipo de código rige el comportamiento ético de un profesional.
- También podemos hablar de ética empresarial que hace referencia a como una compañía integra el conjunto de valores (honestidad, respeto, justicia y otros) en sus propias políticas, prácticas y en la toma de decisión en todos los ámbitos de la empresa.
- Se ocupa del estudio de las cuestiones normativas de naturaleza moral que se plantean en el mundo de los negocios, la gestión empresarial, la organización de una corporación las conductas en el mercado, las decisiones comerciales, etc (Vargas, s.f).
Como principios de la ética empresarial podemos mencionar los siguientes puntos: Conciencien moral; los principios morales de todos ser humano, el bien y el mal, el sentido de la justicia. La moral social; viene marcada por el entorno social donde se realice actividades.
- Influyen factores como; la religión, la estructura familiar, la cultura, la educación, etc.
- Leyes del estado; reglamentos impuestos por un gobierno y basados en la moral de la nación.
- Además la ética empresarial se puede utilizar como una ventaja competitiva; porque mejora el desempeño financiero, según recientes estudios aquellas empresas que se estrechan a un código ético logran ser más valoradas, – beneficias a las ventas, a la imagen y la reputación de la empresa mediante la imagen ética se fortalece la capacidad que tiene la empresa para atraer a los clientes, a los mejores profesionales, inversionistas de capital y permite obtener buenos beneficios, – fortalece la lealtad y el compromiso de los trabajadores con la empresa, los trabajadores que realizan sus actividades en un ambiente más ético son seis veces más leales, – disminuye la vulnerabilidad hacia grupos de presión, la asimilación de la ética en sus valores, puede ayudar a una empresa en momento de crisis para no sufrir gran daño en su credibilidad y reputación, – evita acciones administrativas y judiciales, una conducta anti ética puede incrementar multas, acciones judiciales, etc., – evita perdida de negocios, las relaciones comerciales con los clientes o proveedores que no mantienen una conducta ética pueden perjudicar al negocio, – reduce conflictos entre los miembros de la organización y supone un componente esencial de la calidad total (Ruiz, 2010).
Para culminar podemos decir que la ética empresarial es el conjunto de valores, normas y principios reflejados en la cultura empresarial para alcanzar una mayor sintonía con la sociedad y permitir una mejor adaptación a todos los entornos en condiciones que supone respetar los derechos reconocidos por la sociedad.
Principios éticos adoptados por algunas empresas hoy en día; responsabilidad hacia el ambiente – Intolerancia hacia la discriminación por; raza, color, religión, sexo, edad, impedimento físico, respetar las necesidades y derechos de los empleados, mantener un ambiente seguro y saludable, mantener una política contra el hostigamiento sexual (Angulo, 2017).
Normas de conducta ética para contadores – administradores Norma es una regla, una guía, un precepto, una ley, un modelo, un principio o un reglamento; esto es, todo lo que orienta, que direcciona o que da sentido. Toda regla que postula deberes en orden con nuestra vida de relación social.
- El contador público deberá realizar su trabajo cumpliendo eficazmente las disposiciones profesionales promulgadas por el estado y por el consejo técnico de la contaduría pública aplicando los procedimientos adecuados debidamente establecidos.
- Debe tener siempre presente que la sinceridad, la buena fe y la lealtad para con sus colega son condiciones básicas para el ejercicio libre y honesto de la profesión y para la convivencia pacífica, amistosa y cordial de su miembros (Vargas, s.f).
Tiene la obligación de respetar la confidencialidad de la información sobre las actividades de sus clientes o de quienes le emplean laboralmente, adquirida en la ejecución de sus servicios profesionales. El deber de guardar el secreto profesional continua incluso después de la finalización de sus relaciones con el cliente.
- El contador público tiene la obligación de asegurar que el profesional que actúan bajo su control, así como las personas de la que recaban asesoramiento o asistencia, respetan el secreto profesional.
- El contador público deberá cimentar su reputación en la honradez, laboriosidad y capacidad profesional, observando en sus actos las reglas de éticas más elevadas y evitando toda publicidad con fines de lucro o auto elogio.
No deberá anunciarse o solicitar trabajo utilizando medios masivos de comunicación u otros que menoscaben la dignidad del contador público o de la profesión general. No obstante, el profesional no debe utilizar estas circunstancias para obtener ningún tipo de ventaja profesional (Ruiz, 2010).
- El administrador debe evitar cualquier tipo de discusiones personales en el ambiente laboral, creando las condiciones óptimas dentro del clima organizacional.
- También tiene derecho y el deber de protestar en caso de que considere que sus superiores han tomado una decisión errónea que vaya a perjudicar el funcionamiento de la empresa.
Como ente moderador entre las partes de la empresa no puede tomar actitudes que lo lleven a parcializarse con algunas de las partes (amistad, relaciones externas). En caso del manejo financiero, el administrador tiene la obligación tanto moral como legal de no hacer uso indebido de los fondos de la empresa, así también debe exhibir una conducta ejemplar, tanto frente a sus subalternos como a sus superiores, dentro y fuera de la empresa.
También existen códigos que están considerados dentro de un marco ético: La lealtad, legalidad, diligencia y honestidad (González, 2.012). Del mismo modo el administrador no puede apropiarse de acciones o ideas de sus colegas o subalternos y darle el crédito que se merece el responsables de las mismas.
Al dar un servicio u ofrecer un producto debe garantizar la satisfacción del cliente. Comportamiento profesional El principio de comportamiento profesional impone una obligación a todos los contadores públicos de cumplir con las leyes y reglamentos relevantes, y evitar cualquier acción que el contador público conozca o deba conocer, que pueda desacreditar a la profesión.
Esto incluye acciones sobre las que un terceros razonables y bien informado, ponderando todos los hechos y circunstancias específicas conocidos por el contador público en el momento, concluyera que afectan de manera adversa la buena reputación de la profesión. Confiabilidad u confidencialidad La relación contador usuario es el elemento primordial en la práctica profesional.
Esta relación se basa en la confianza mutua, cuya plataforma fundamental está en una estricta reserva profesional. Esta reserva implica el compromiso de no revelar ninguna información confidencial obtenida durante un desempeño profesional, excepto cuando el cliente lo permita en los siguientes casos; para cumplimiento de una situación ante jueces de la república, para dar información a la auditoria externa y para la solicitud de información de una entidad estatal de supervigilancia, junta central de contadores o en los eventos que la reserva sea levantada por la ley.
Por ende, los contadores profesionales tienen la obligación de respetar la confidencialidad de las informaciones relacionadas o con los negocios de los clientes o empleadores, dentro de un marco de servicio profesionales prestados. El deber de confidencialidad permanece aún después determinada la relación entre el contador profesional, el cliente o el empleador.
Además, los contadores profesionales tienen la obligación de asegurar que el personal bajo su control y las personas de quienes se obtiene consejos de asistencias respeten el principio de confidencialidad (González, 2.012). Competencia Exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes requeridos para prestar un servicio.En la competencia radica la autoridad del profesional y su valor social (aptitud acreditada en su quehacer).
La competencia expresa la síntesis de saber y hacer; de doctrina y capacidad; de conocimiento y acción eficiente. No solo se refiere aún saber teórico, sino aún saber práctico, o a la acción racional práctica; no es tanto un saber objetivo, sino la realización de ese saber teórico en una subjetividad, desde la experiencia y con un conocimiento suficiente, distinto y actualizado de la finalidad, describe a la habilidad o capacidad para resolver los problemas propios del trabajo.
El servicio profesional competente requiere el ejercicio de un juicio sólido al aplicar el conocimiento y habilidad profesionales en el desempeño de dicho servicio. La competencia profesional puede dividirse en dos fases: El mantenimiento de la competencia profesional requiere atención continua y el conocimiento de los avances técnicos, profesionales y de negocios.
El desarrollo profesional continuo le permite al contador público desarrollar y mantener sus capacidades para desempeñarse de manera competente dentro del entorno profesional (Angulo, 2017). Competencia Física Muchas veces, algunos profesionales fracasan en sus respectivas profesiones porque son físicamente incapaces, no tienen la aptitud necesaria para llevar sus labores profesionales aún feliz término.
El principio de la competencia física es la higiene mental y física. La higiene mental se referirá al conjunto de disposiciones necesarias para aceptar el propio trabajo y gozar del mismo, mientras que la higiene física se refiere al mantenimiento de la incapacidad física para desempeñar a cabalidad un trabajo.
Competencia moral La competencia moral se refiere a la necesidad que el profesional tiene de referirse a un bien, al bien; esa necesidad se refleja en la vida según la virtud, en la vida virtuosa, la cual se manifiesta en el sentimiento de rechazo a todo lo que aparezca como oscuro, injusto o dudoso, a la vez que en la conciencia de la dignidad de la profesión.
Se distingue dos virtudes profesionales: la justicia y la caridad. La primera se vuelve un imperativo para el profesional en la medida en que es depositado de un bien social (de cultura) del que debe dar cuenta a la sociedad en que vive. La segunda, se refiere a la necesidad de que el profesional se dedique a un servicio desinteresado de todos los demás miembros de su sociedad, aunque, en un sentido de justicia no esté obligado a ello (Angulo, 2017).
- Integridad La integridad implica no solamente honestidad sino también relacionarse justa y verazmente.
- El principio de objetividad impone a todos los contadores profesionales la obligación de ser veraces, intelectualmente honestos y libres de conflictos de interés.
- El contador público deberá mantener incólume su integridad moral cualquiera que sea el campo de su integridad profesional por lo tanto se espera de él rectitud, probidad, honestidad, dignidad y sinceridad en cualquier circunstancia y otros principios como veracidad, lealtad, justicia y equidad.
La integridad que debe mantener el contador público en todas actuaciones y de manera especial cuando ejerce la auditoria, se refiere al elemento de su carácter, que se plasma en la firma de sus principios morales, su rectitud y honradez. En el mismo principio de integridad no se hace diferencia el campo de acción en el cual se desempeña, es más la integridad no solo debe estar circunscrita al ejercicio profesional, sino a su vida personal.
- Objetividad Es la imparcialidad y actuación sin perjuicio.
- Este principio se aplica especialmente cuando se trata de certificar, dictaminar u opinar sobre los estados financieros de cualquier entidad y está ligado íntimamente con el principio de independencia.
- La objetividad representa para los auditores, la capacidad esta para mantener una actitud imparcial, libre de todo sesgo, para tratar todo los asuntos que queden bajo su análisis y estudios.
Este principio ético implica que el auditor en manera alguna subordinara su criterio a la opinión de sus clientes. Los contadores profesionales están expuestos a situaciones que envuelven la posibilidad de que sobre ellos se ejerzan presiones. Esas presiones pueden menoscabar la objetividad.
Es impracticable definir y prescribir todas esas situaciones en las que pueden existir esas presiones posibles. Debe prevalecer la razonabilidad en el establecimiento de estándares para identificar las relaciones que probablemente, o puedan parecerlo, lesionen la objetividad de un contador profesional.
Deben evitarse las relaciones que generen prejuicio, sesgo o influencia de otros para menoscabar la objetividad. Los contadores profesionales tiene la obligación de asegurar que el personal o los servicios profesionales contratados se adhieren al principio de objetividad.
Independencia En el ejercicio profesional, el contador público deberá tener y demostrar absoluta independencia mental y de criterio con respecto a cualquier interés que pudiere considerarse incompatible con los principios de integridad y objetividad, con respecto a los cuales la independencia, por la característica peculiar de la profesión contable, debe considerarse esencial y concomitante.
Ejemplo; el contador público no podrá realizar auditorías en empresas o entidades en la que haya trabajado como contador o ejecutivo con influencias sobre contabilidad, hasta después de dos años de su retiro de las mismas. Responsabilidad Sin perjuicio de reconocer que la responsabilidad, como principio de la ética profesional, se encuentra implícitamente comprendida en todas y cada una de las normas de ética y regla de conducta del contador público, es conveniente y justificada su mención expresa como principio para todos los niveles de la actividad contables.
En efecto, de ella fluye la necesidad de la sanción, cuyo reconocimiento en normas de ética, promueve la confianza de los usuarios de los servicios del contador público, compromete indiscutiblemente la capacidad calificada, requerida por el bien común de la profesión. El sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal que compromete a cada persona y le hace comprender que no puede simplemente abandonarse a sus conveniencias individuales.
Todo individuo o persona lleva una responsabilidad sea personal o para otra, pero esta la lleva a cabo dependiendo de sus criterios (Ruiz, 2010). Respeto entre colegas El contador público deberá tener siempre presente que la sinceridad la buena fe y la lealtad para con sus colegas son condiciones básicas para el ejercicio libre y honesto de la profesión y para convivencia pacífica, amistosa y cordial de sus miembros.
- Solidaridad La relaciones de respeto y colaboración que se establecen entre los miembros de la misma profesión, con el fin de ayudarse y evitar perjudicarse unos a otros.
- La solidaridad es uno de los valores éticos, se define como la capacidad del ser humano para sentir empatía por otra persona y ayudarla en los momentos difíciles, es un sentimiento de unidad en el que se buscan metas e intereses comunes.
En las sociedades modernas, cada persona se desarrolla de manera personal, pero para sobrevivir en sociedad se necesita de otras personas, y es ahí donde la solidaridad hace su trabajo, permitiendo que el colectivo una fuerzas en pro de un bien común (González, 2.012).
Observancia de las disposiciones normativas El contador público deberá realizar su trabajo cumpliendo eficazmente las disposiciones profesionales promulgadas por el estado o por el consejo técnico de la contaduría pública aplicando los procedimientos adecuados debidamente establecidos. Además deberá observar las recomendaciones recibidas de sus clientes o de los funcionarios competentes del ente que requiere sus servicio, siempre que éstos sean compatibles con los principios de integridad, objetividad e independencia, así como con los demás principios y normas de éticas y reglas formales de conducta y actuación aplicables en las circunstancias.
Conflicto ético En circunstancia donde el contador público en la empresa crea que el comportamiento poco ético o las acciones de terceros podrían continuar ocurriendo dentro de la organización empleadora, el contador público en la empresa debe considerar la necesidad de solicitar consejo legal.
En esas situaciones extremas, donde todas las salvaguardas disponibles han sido agotadas y no es posible reducir las amenazas a un nivel aceptables, un contador público en la empresa podría llegar a la conclusión de que sería apropiado renunciar a la organización empleadora. El contador público de una empresa tiene la obligación profesional de obedecer los principios fundamentales.
Sin embargo, a veces puede ocurrir que sus responsabilidades con la organización empleadora y las obligaciones profesionales de obedecer los principios fundamentales estén en conflicto. Normalmente, un contador público en la empresa debe respaldar los objetivos legítimos y éticos establecidos por el empleador, y las reglas y procedimientos a favor de esos objetivos.
- Sin embargo, cuando el acatamiento de los principios fundamentales sea amenazado, el contador público en la empresa debe considerar una respuesta a tales circunstancias.
- Los contadores públicos en las empresas podrían tener interés financieros de miembros familiares cercanos, que podrían, en ciertas circunstancias, aumentar las amenazas al cumplimiento de los principios fundamentales.
Por ejemplo, amenaza de interés personal a la objetividad o a la confidencialidad que podrían crearse a través de la existencia de un motivo y oportunidad para manipular información sobre los precios para obtener ganancias financieras. En cualquier profesión que merezca ese nombre hay dos polos complementarios: lo que mueve al profesional y lo que legítimamente demanda la comunidad a los profesionales.
La ética de la profesión orienta los comportamientos de la personas en ambos aspectos, pero no ha de ser moralina ni adorno, sino más bien la entraña misma de la actividad profesional como compromiso de la persona con su propio proyecto vital y como la base de la confianza que la sociedad deposita en el trabajo de quienes son considerados profesionales, esto es, ciudadanos con una especial responsabilidad en la comunidad (Vargas, s.f).
Conclusión Para concluir, queremos mencionar la importancia de la ética profesional; tanto teórica como práctica, la ética profesional analiza los principios fundamentales de la moral y de los deberes de la profesión. Los conocimientos morales e intelectuales que nos provee la ética como dogma de comportamiento, es la clave que nos llevará al éxito.
Entendemos que la ética se ocupa de las normas de la conducta humana, si aplicamos esta definición al término “ética profesional” nos daremos cuenta de que se refiere al conjunto de normas que rigen a quienes se consideran ser profesionales, aunque no siempre sean cumplidas por éstos. Se deben poner en práctica los principios éticos que establezcan los parámetros y reglas que describan el comportamiento que una persona puede o no exhibir en determinado momento.
No es difícil poner estos principios en práctica, pero el omitirlo redundará en perjuicio propio y en el de las personas con quienes se interviene o se interactúa. Conocimos que algunos de los deberes del profesional son la solidaridad, estar de acuerdo con la moral establecida, el secreto profesional, (este le dice al profesional que no tiene derecho de divulgar información que le fue confiada para poder llevar a cabo su labor), etc.
- También algunos de sus derechos; tales como: la elección de la profesión es completamente libre, el beneficio propio, la capacitación, etc.
- Honestidad; aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencias.
Integridad; defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía u la inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los medios, echando a un lado sus principios. Por último el ser humano es responsable de actuar inteligente y libremente y es el único que puede responder por la bondad o malicias de sus actos ante su propia conciencia.
Referencias Angulo Parra, Y. (2018). Filosofía Ética y Valores, Recuperado de http://www.tabiblion.com/liber/Filosofia/Eticayvalores.pdf : http://www.tabiblion.com Pedrini, M.C (2012). Ética Profesional y Conflictos, Recuperado de https://es.slideshare.net/MaraCristinaPedrini/etica-profesional-y-conflictos-2-power : https://es.slideshare.net/ Prezi (2013).
Ética Confiabilidad. Recuperado de https://prezi.com/b2hfsn91lnyx/etica-confiabilidad/ : https://prezi.com Ruiz V, J.W. (2010). Módulo de ética profesional, Recuperado de http://www.fcevir.ueb.edu.ec/fce/documentacion/modulos/ue/MODULO_DE_ETICA_PROFESIONAL.pdf Vargas, G.
¿Qué es la ética empresarial y su importancia?
La ética empresarial es una parte indispensable de una empresa y de suma importancia. Los objetivos de la ética empresarial son: Intentar evitar la competencia desleal entre negocios. Evitar la producción de productos de mala calidad.
¿Cómo se pueden obtener ventajas competitivas a través del buen manejo de la ética y responsabilidad social?
Cuando una organización es socialmente responsable, tiene un mayor impacto en sus stakeholders o grupos de interés, ya que al preocuparse por las problemáticas sociales y ambientales, e intentar solucionarlas, la decisión de compra de los consumidores cambia. La empresa se hace más rentable y le da mayor credibilidad.
¿Qué significa competitividad en ética?
▷ Competitividad ¿Qué es? La competitividad es aquella capacidad que posee un individuo o empresa para posicionarse por delante de sus competidores, consiguiendo una mejor posición frente a ellos, Se basa en generar ventajas competitivas frente a las demás entidades, es decir, disponer de uno o varios factores que le permitan destacarse y colocarse por encima del resto.
¿Qué impacto genera la ética en las empresas?
Definición de ética empresarial y laboral – La ética empresarial es el grupo de valores y normas que surgen de la cultura de la empresa, y su objetivo es mejorar aspectos como el entorno y clima laboral, promover la igualdad, el respeto a los derechos, etc.
Este código es el que sigue la empresa a la hora de realizar su actividad día a día, tomar decisiones que comporten o no dilemas éticos, gestionar a sus trabajadores y tener un papel dentro de la sociedad. Tener una buena ética empresarial no solo hará que la empresa resulte atractiva a más y mejores profesionales, aquellos que pueden elegir la empresa junto a la que quieren crecer y el proyecto en el que más creen, sino que también genera confianza entre los clientes o consumidores,
A continuación, definimos algunos aspectos, valores y conceptos que se encuentran dentro de la ética empresarial de las organizaciones.
¿Cómo se promueve la ética empresarial?
2. Incorpora la ética dentro de tus procesos de contratación – Una de las mejores formas de promover una buena cultura ética en tu empresa consiste en darle un enfoque ético a tus procesos de contratación lo cual te permitirá seleccionar personas que estén alineadas con los valores y filosofía de la empresa,
¿Cuáles son las tres ramas de la ética empresarial?
Historia de la ética empresarial La expresión “ética empresarial” tal y como se usa actualmente se remonta solo a la década de los setenta, aunque hunda sus raíces en la Antigüedad. Su historia se forja en tres vertientes interrelacionadas, cada cual con dos ramificaciones.
- La primera, la más extensa y más amorfa, es la ética en la faceta de los negocios, o ética empresarial.
- Sus dos ramas son la religiosa y la secular.
- La segunda vertiente es la de la ética empresarial académica, con sus ramificaciones filosófica y empírica.
- La tercera es la ética empresarial como una ética integrada en los negocios.
Sus dos ramas son la del responsable de ética y la de la responsabilidad social corporativa. Cada aspecto ejerce influencia en los otros y se ve influido por el resto. La historia arranca en Estados Unidos pero el recorrido de la ética empresarial en cada país varía y refleja las diversas situaciones sociales, económicas y políticas de cada nación.
A pesar de que la ética empresarial en muchas naciones haya alcanzado un nivel de madurez, aún se encuentra en ciernes una ética empresarial global. La historia de la ética empresarial depende de lo que entendamos por “ética empresarial”, siendo el término empleado con distintos sentidos y variando en parte según el país.
El término que actualmente se utiliza tiene su origen en Estados Unidos y su uso se extendió en los años setenta. La historia de la ética empresarial en Estados Unidos puede considerarse como la intersección entre tres corrientes entrelazadas. Cada una de estas puede dividirse a su vez en al menos dos ramas correspondientes.
La primera corriente, a la que llamaré corriente de la ética en los negocios, se refiere a la larga tradición de aplicar a los negocios las normas de la ética, del mismo modo que se han aplicado a otros aspectos de la vida social y personal. Esta corriente puede dividirse además en la rama secular y la religiosa.
La segunda corriente se corresponde con el desarrollo de una disciplina académica que ha recibido el nombre de ética empresarial. Esta se divide asimismo en dos ramas principales, siendo una la rama de la ética empresarial filosófica, normativa y crítica, y la otra la rama científica y social, principalmente descriptiva y empírica.
La tercera corriente se corresponde con la adopción en los negocios de la ética o, al menos, de lo que esta implica. De nuevo, se subdivide en la integración de la ética en los negocios y la práctica empresarial por un lado, y el compromiso de responsabilidad social de la empresa por otro. En los años ochenta, la ética empresarial se introdujo en Europa y Japón, aunque el término no encontró una traducción sencilla y su desarrollo en cada país difería del seguido en Estados Unidos por las diferencias sociopolíticas y económicas.
Más adelante se propagó de formas distintas a otras partes del mundo, en cada ocasión con un énfasis e historia locales diferentes. A escala internacional, pasó a asociarse con el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, iniciado por el entonces secretario general de la ONU Kofi Annan de cara al Foro Económico Mundial celebrado el 31 de enero de 1999, que despegó oficialmente en julio de 2000 1.
- De las tres corrientes, la primera, o corriente de la ética en los negocios, es la más amorfa y más ampliamente seguida.
- Este es el sentido que el público general, los nuevos reporteros y comentaristas, políticos y gente del mundo de los negocios tienden a dar al término.
- En este sentido, la ética empresarial no es nada nuevo, aunque el término como tal no se empleara para describirla antes de los años setenta.
La corriente representa la creencia ampliamente extendida de que la ética se aplica a los negocios del mismo modo que se aplica al resto de los aspectos de la vida. Los escándalos de soborno, abuso de información privilegiada, publicidad engañosa y situaciones similares, las historias sobre Enron y Arthur Andersen, y el sistema Ponzi de Bernard Madoff representan lo que generalmente se considera una mala conducta en los negocios y el público general lo asocia con la ética empresarial, o más concretamente, con el fracaso de la ética en los negocios.
Las reglas de la moralidad que se incumplen son aquellas que se aplican a todos los componentes de la sociedad. La sola mención de la ética empresarial suele suscitar anécdotas sobre los delitos de alguna compa- ñía o de algún hombre de negocios. Peter Drucker, conocido teórico de la gestión empresarial, fue uno de los que proclamaron la inexistencia de algo como la ética empresarial, solo existía la ética en los negocios.
Veía lo que consideraba la ética empresarial (Drucker 1981) como varios intentos de justificar prácticas empresariales claramente inmorales según la norma habitual 2. Tenía razón al lanzar ataques contra dichos intentos, pero lo escribió antes de que se desarrollara la disciplina académica y sus comentarios no incluían la disciplina como realmente se creó.
En su desarrollo real, la mayoría admitía que las reglas de la moralidad habituales se aplican a los negocios al igual que al resto de los aspectos de la vida. Los escándalos de soborno, información privilegiada y situaciones similares se consideran una mala conducta en los negocios y el público general lo asocia con la ética empresarial y el fracaso de la ética en los negocios.
La historia de la ética en los negocios se remonta en el tiempo tanto como la ética y los negocios. Podemos imaginarnos los primeros trueques basados en un sentido de intercambio igualitario. He mencionado dos ramas, la secular y la religiosa, y en ambas encontramos una historia paralela en relación con el desarrollo de la ética según se aplica a los negocios.
En su Ética a Nicómaco (V, 5), Aristóteles mencionaba la justicia como el intercambio de iguales por iguales y en Política (I, 8-10) trataba “el arte de la adquisición”, el comercio y la usura como parte de la ética en el hogar. Si damos un salto a la era moderna, John Locke (1690) desarrolló una defensa de la propiedad privada como un derecho natural basado en el esfuerzo de alguien por conservar el bien en cuestión.
Adam Smith, quien escribió la Teoría de los sentimientos morales antes de La riqueza de las naciones, escribió sobre la ética de los negocios, así como sobre la falta de la misma entre los hombres de negocios que operaban entonces. David Hume, John Stuart Mill y muchos otros escribieron sobre la moralidad o la ética existente en desarrollar un sistema económico empresarial libre.
Karl Marx elaboró el más mordaz ataque sobre lo que denominó capitalismo, un periodo de la historia que consideró necesario y para el que admite que la productividad humana se ha desarrollado más que en cualquier otra época. Para él, el problema del capitalismo es que la mayor parte de los beneficios se los llevan unos pocos, cuando hay suficientes para repartir entre todos.
Su crítica tiene todavía seguidores. Todos estos escritores han aportado algo a la historia de la ética de los negocios y sus pensamientos se han filtrado de distinta forma hasta llegar al pueblo. No se trata de que el hombre de la calle o los trabajadores de los medios de comunicación hayan leído todos estos trabajos.
- Más bien, lo que estos autores escribieron de forma diversa se ha convertido en parte de la visión aceptada de los negocios y la ética.
- Por ejemplo, encontramos en la prensa o medios de comunicación pocos pensamientos o argumentos sobre la justificación moral de la propiedad privada.
- Se considera obligado en la mayoría de los países desarrollados que cada persona tenga derecho a su propia propiedad y que esta se encuentre protegida por ley.
Si bien se debate la adecuación de la función desempe- ñada por el Gobierno, los fundamentos de la propiedad, la legitimidad de la empresa privada y el sistema de salarios se consideran sin duda alguna la estructura económica aceptada y aceptable de la sociedad.
La crítica que Karl Marx hace al capitalismo nunca tuvo un respaldo importante en Estados Unidos y, a diferencia de muchos países europeos, nunca existió un partido político socialdemócrata. No obstante, la crítica de Marx a la explotación y su condena a la primacía de la mercancía sobre las personas y la consideración de la persona por lo que tiene y no por lo que es tuvieron también resonancia en la cultura norteamericana.
El surgimiento de la llamada ética empresarial desde los años setenta siguió al periodo tumultuoso de los sesenta. Era la época en la que se creaba en Estados Unidos el movimiento de los derechos civiles y los movimientos ecologistas y consumistas. La Guerra de Vietnam motivaba protestas contra la participación del Gobierno y se producía una reacción por parte de muchos activistas contra lo que se daba a conocer como el complejo militar-industrial.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era la única gran potencia que no había sufrido una devastación importante. Como resultado, los negocios norteamericanos prosperaron y se propagaron por todo el mundo. Con una gran industria en particular, el enorme crecimiento de las industrias químicas de petróleo, pasó a ser un problema la contaminación a gran escala.
Surgieron grupos ecologistas para atacar a la industria. Aquellos que conocieron el surgimiento global (por ejemplo, Barnet 1974) de los negocios norteamericanos como explotadores, unieron sus voces a la crítica contra las grandes empresas. Muchas de las críticas se formulaban en términos morales, y cuando a finales de los setenta surgía la disciplina académica de la ética empresarial, lo hacía ofreciendo un vocabulario y un marco envolvente que la crítica aprovechaba y que pronto se ampliaría a los medios y la cultura general.
- La segunda rama de la corriente de la ética en los negocios, la religiosa, también cuenta con una larga historia y un modo similar de filtración e influencia en el pensamiento general de la ética de los negocios.
- Muchos empresarios viven sus vidas empresariales guiados por sus creencias morales religiosas, y muchos de los afectados por las prácticas empresariales las evalúan con el mismo prisma.
La influencia religiosa más importante en la cultura económica norteamericana es la judeocristiana. Otras como el islam y el budismo, hinduismo o confucionismo, son, cómo no, la principal influencia religiosa en la ética empresarial en los países en los que son dominantes 3.
Los orígenes de la ética de los negocios en la tradición judeocristiana se remonta al menos a los Diez Mandamientos (Éxodo, 20: 1-17; Deuteronomio 5: 7-21), en particular a los de no robar y no levantar falso testimonio ni mentir. En la Edad Media la Iglesia prohibió durante largo tiempo la usura y la práctica de hacer dinero con dinero, sin embargo, final- mente cambió para prohibir solo el interés excesivo, en lugar de todos los intereses en los pagos 4.
El cristianismo se ha mostrado siempre ambivalente ante los negocios y los ricos. La respuesta de Cristo al rico cuando decía “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos” (Mateo, 19: 23-24, Marcos 10: 24-25 y Lucas 18: 24-25) capta esa ambivalencia.
La Iglesia tiene una larga historia de preocupación por los pobres y de caridad a todo aquel que la necesita. Pero nunca levantó su voz contra la esclavitud, por ejemplo, y san Pablo incluso advertía a los esclavos para que obedecieran a sus amos (Colosenses, 3: 22). Hasta finales del siglo XIX la iglesia católica no creó un programa de justicia social cuando el papa León XIII (1891) publicó una encíclica, Rerum Novarum, que establecía los preceptos para un salario justo.
Otros papas posteriores han desarrollado el pensamiento social, adoptando una defensa del trabajador. Juan Pablo II, en las encíclicas Laborem exercens (1981) y Centesimus annus (1991), evalúa y critica moralmente tanto el socialismo como el capitalismo y establece las necesidades de las naciones en vías de desarrollo.
Perfila lo que se conoce como una “opción preferencial para el pobre”. Aunque los obispos católicos de Estados Unidos presentaron también un escrito sobre economía (Justicia económica para todos), el impacto en la comunidad empresarial y el público en general no ha sido significativo. En la tradición protestante, el calvinismo desarrolló lo que se dio a conocer como la ética del trabajo protestante (o puritana), a saber, la doctrina que establecía que el trabajo duro era una vocación y un medio de alcanzar el éxito, y que el éxito económico era signo de salvación predestinada de una persona 5.
Esa tradición se compaginaba con la creencia norteamericana del trabajo duro como el camino hacia el éxito. La noción de ética empresarial como ética en los negocios continúa en la actualidad. Forma parte de la cultura popular y encuentra su expresión en la cobertura de los medios de los abusos éticos y legales en los negocios, los escándalos de las empresas y sus repercusiones.
Invariablemente, tras un escándalo habrá algún columnista o político que apunte a las escuelas de negocios y a su fracaso en la formación deontológica de los alumnos, o en el fracaso de la ética empresarial como disciplina. El predominio de la ética de los negocios en la cultura popular se ejemplifica con la popularidad de películas como Todos eran mis hijos, Wall Street, Network y Silkwood, entre otras muchas 6.
Aunque lo que encierra el concepto de ética de los negocios varía según el país, dependiendo de las condiciones socioeconómicas e históricas, existe en todos un significado básico para situar la ética en los negocios como en otros aspectos de la vida.
- Esto parece claro cuando vemos las protestas populares al hacerse pública la endémica corrupción de un gobierno, cuando los gobernantes se prestan a recibir sobornos de grandes empresas y a enriquecerse a costa de los ciudadanos de un país.
- Este significado tan general y de algún modo amorfo de la ética empresarial no se articuló claramente y ni siquiera fue identificado como fenómeno hasta que se desarrolló la ética empresarial como disciplina académica.
Es a esta historia a la que nos remitimos ahora. Esos numerosos movimientos que surgieron en Estados Unidos en los años sesenta y setenta motivaron ataques a la industria y respuestas de esta. Las escuelas de negocio en los sesenta vieron la aparición de cursos sobre los aspectos sociales de la gestión y la responsabilidad social de la empresa.
Pero eran bastante improvisados e incluso los que se encontraban al frente del movimiento académico en esta dirección admitían que los cursos carecían de cohesión en sus fundamentos y enfoques. Esto condujo a su vez a lo que se conoce como ética empresarial en el segundo sentido. El término, tal y como se emplea actualmente, surgió con la incorporación a este campo de un grupo de filósofos y se forjó a partir del término “ética médica” desarrollado en los años sesenta 7.
La ética empresarial pronto emergió como una disciplina académica. La ética empresarial emergió como disciplina académica a finales de los años setenta con la incorporación a este campo de un grupo de filósofos. Como disciplina académica, la ética puede considerarse el estudio de la moralidad.
- Cada sociedad tiene una moralidad o conjunto de prácticas que considera correctas o equivocadas, valores que defiende y reglas que hace respetar.
- La ética es el estudio sistemático de la moralidad generalmente imperante (o convencional) de una sociedad con el objeto de establecer las reglas que deberían gobernar el comportamiento humano, las reglas que una sociedad debería hacer respetar, y las virtudes que merece la pena desarrollar en la vida humana.
Como disciplina académica, pretende establecer la(s) justificación(es) de las partes de la moralidad existentes que pueden defenderse y que deberían ser preservadas, y es crítica con aquellas partes de la moralidad convencional que son incoherentes o que por otras razones deberían ser cambiadas.
- Es, por tanto, parcialmente conservadora y parcialmente radical, y en distintos periodos o en distintas sociedades uno u otro de estos aspectos es dominante.
- En Estados Unidos, hacia 1860 la Guerra Civil norteamericana fue en parte una respuesta a la condena moral de la institución de la esclavitud que existía en los estados del Sur de la Unión.
Por analogía, la ética empresarial como disciplina académica es el estudio sistemático de la moralidad en los negocios, las prácticas empresariales, los valores, las presuposiciones y todo lo que encontramos en la realidad. Es parcialmente conservadora y parcialmente radical o crítica.
En general, por ejemplo, la disciplina ha venido defendiendo la propiedad privada, aunque ha sido crítica con la explotación por parte de las empresas de los trabajadores en países menos desarrollados, así como con el soborno y la corrupción como prácticas empresariales. La ética empresarial como disciplina académica es el estudio sistemático de la moralidad en los negocios, las prácticas empresariales, los valores y todo lo que encontramos en la realidad.
Antes de la creación de la ética empresarial como disciplina, existían cursos individuales aquí y allá sobre los aspectos morales de los negocios y conferencias y artículos sobre la ética en los negocios. El término “ética empresarial” empleado en la literatura inicial se refería al significado del término ética en los negocios.
Lo que diferenciaba a la ética empresarial como disciplina académica a partir de los años setenta de la ética en los negocios era que la disciplina intentaba estudiar sistemáticamente toda la gama de aspectos éticos de los negocios como un conjunto completo. Los filósofos implicados al principio comenzaban en general por un marco ético exhaustivo ofrecido por la teoría ética, una especie de versión del utilitarismo (que estudiaba las consecuencias de las acciones) o un enfoque kantiano a los aspectos éticos (que toma los derechos y obligaciones como básicos) o un enfoque aristotélico (que sitúa la virtud en el centro y estudia la personalidad de los agentes morales, en este caso, los agentes del mundo empresarial) o una combinación de dos o más de ellos.
Al igual que ocurre con la ética en la corriente empresarial, el movimiento de la ética empresarial podría dividirse en dos ramas, la filosófica, normativa y preceptiva, y la empírica, descriptiva y seguida por aquellos que recibieron formación en ciencias sociales.
En cierto sentido, ambas ramas se han fusionado. La corriente empírica, tradicionalmente basada en los aspectos sociales ya existentes de la gestión y en los cursos y estructuras sobre responsabilidad social corporativa en las escuelas de negocio y la administración de empresas. La corriente filosófica, procedente de los departamentos de filosofía y el campo de la ética aplicada, cuya antecesora fue la ética médica.
En su desarrollo, la ética empresarial llegó a incluir el análisis de seis niveles diferentes de interés ético. El primero es el nivel del individuo. Este trata no solo aquello que los individuos deberían hacer para afrontar los dilemas éticos o problemas morales en los negocios, sino también aspectos de la personalidad, el crecimiento del individuo en el trabajo, las virtudes propias de la vida empresarial y la integración de la ética en el trabajo con la ética de cada uno y las obligaciones éticas como miembro de una familia, una comunidad y una sociedad más grande y extensa.
- El énfasis en el desarrollo de la personalidad es particularmente importante para quienes aplican el enfoque aristotélico a la ética empresarial.
- El segundo nivel es el de la empresa.
- Afecta a aspectos de las estructuras internas de los negocios que tienden a reforzar y promover la actividad ética de los empleados o las estructuras que tienden a promover la actividad poco ética (caracterizada por la premisa: “Quiero esto hecho para tal fecha y no me importa cómo lo consigas”).
Este es el nivel de la política empresarial, de la cultura empresarial, de las responsabilidades de los distintos accionistas de una compa- ñía, y de la responsabilidad social corporativa en la medida en que dicha responsabilidad sea una responsabilidad ética.
- El tercer nivel es el de una industria concreta.
- Las industrias extractivas plantean problemas de ética particulares, como por ejemplo, las industrias químicas, y muchas otras.
- En muchos casos, los aspectos éticos no pueden resolverse en el ámbito de una empresa concreta, sino que ha de hacerse en el ámbito de la industria.
El nivel siguiente es el nivel nacional, y aquí existen aspectos relacionados con la legislación, los controles aplicados a la actividad empresarial, la protección de los trabajadores y los consumidores, las limitaciones en materia de contaminación, la prevención de la explotación infantil, etcétera.
El quinto nivel es el internacional, y trata los múltiples aspectos éticos procedentes de las empresas multinacionales, en particular, las acciones de las multinacionales procedentes de países desarrollados que operan en países menos desarrollados en los que las leyes locales no protegen adecuadamente al país o sus ciudadanos.
El sexto nivel es el nivel mundial y trata la responsabilidad ética de las empresas para ayudar con las soluciones dadas a aspectos mundiales tales como la reducción del nivel de ozono, el calentamiento global y temas similares que solo pueden resolverse globalmente pero de los que son responsables tanto empresas como naciones.
- Según explicaba Norman Bowie, el primer congreso sobre ética empresarial se celebró en 1974 (Bowie 1986) y las conferencias se publicaron como Ethics, Free Enterprise and Public Policy (De George y Pichler 1978).
- A finales de los años setenta, Norman Bowie, gracias a una beca del National Endowment for the Humanities, presidió un comité constituido para el desarrollo de un modelo curricular de los cursos de ética empresarial.
En la misma época, Richard De George desarrolló un curso de ética empresarial y distribuyó el programa de un curso de noventa páginas entre novecientos profesores interesados de escuelas de negocio y departamentos de filosofía. En l979, aparecieron los primeros textos sobre ética empresarial: tres antologías, una de Tom Beauchamp y Norman Bowie, otra de Thomas Donaldson y Patricia Werhane, y una tercera de Vincent Barry, seguidas de dos textos de un único autor en 1982, uno de Richard De George y el otro de Manuel Velásquez.
- Los libros encontraron un mercado dispuesto y los cursos se incorporaron a los departamentos de filosofía y las escuelas de negocio.
- Rápidamente comenzaron a surgir cursos y textos competidores.
- Los textos pretendían abarcar la gama de aspectos éticos de los negocios, empezando por cuestiones metaéticas tales como si el lenguaje moral típicamente empleado para referirse a agentes morales humanos podía emplearse de forma apropiada para referirse a las empresas, si las empresas eran agentes morales, si se podía hablar de un modo significativo de la consciencia de una empresa, y si los criterios de la responsabilidad moral (con conocimiento y voluntad) tenían sentido cuando se aplicaban a las empresas.
Las preguntas recibían respuestas de modos distintos, unas rebajaban las acciones de las empresas a las acciones de los individuos que las constituían, otras hacían las adaptaciones necesarias en el uso de los términos morales para aplicarlos correctamente a las acciones empresariales.
Los aspectos normativos cubrían el espectro de las actividades empresariales, empezando por la justificación (o el rechazo) moral de los sistemas económicos –en particular, capitalismo y socialismo– y pasando por las distintas áreas de negocio: fabricación, gestión, comercialización, finanzas, dirección de empresas, derechos de los trabajadores, empresa y medioambiente, y, por último, las dimensiones internacionales de los negocios y el impacto de los ordenadores e Internet en la conducta empresarial.
La dimensión internacional incluía las acciones de empresas multinacionales o transnacionales, el trabajo infantil y la explotación de los países menos desarrollados, tanto en relación con el empleo como en relación con el medioambiente, el soborno y las operaciones en entornos corruptos.
- Con la desaparición de la Unión Soviética en 1991, el capitalismo parecía emerger como sistema económico dominante y el papel de la ética en los países en transición al incipiente capitalismo crecía en importancia.
- El enfoque filosófico era normativo y estudiaba de forma crítica la justificación moral de la propiedad privada, el papel correcto del Gobierno y la regulación gubernamental de los negocios, así como la moralidad de la práctica empresarial.
Mientras que la ética en los negocios se centraba principalmente en los escándalos y abusos que atraían la atención del público en general, los estudiosos de la ética empresarial examinaban la estructura del capitalismo y las estructuras empresariales, expresando unas veces la justificación moral subyacente de las estructuras y prácticas existentes, y otras criticándolas desde una perspectiva moral y argumentando el cambio.
El componente descriptivo de la ética empresarial fue desarrollado por aquellos que recibieron formación en ciencias sociales y trabajaron en escuelas de negocio. Esta rama surgida de los aspectos sociales del mundo empresarial se desarrolló primero en los años sesenta y en un principio no se incluyó en el marco de la ética empresarial.
La relación de los aspectos sociales en asuntos de negocios o los aspectos sociales en la gestión y la ética empresarial es algo polémica: de un lado están aquellos que pretenden la incorporación de los aspectos sociales a la ética empresarial como parte de la disciplina y de otro, los procedentes de la ética empresarial filosófica que defienden su incorporación como parte empírica de su disciplina.
El debate tiene orígenes históricos. Los filósofos surgidos en los años setenta y ochenta se inmiscuyeron en un territorio que de algún modo los estudiosos de los aspectos sociales de los negocios habían cercado como suyo. La tensión continúa hoy día. Si la ética empresarial incluía la responsabilidad social de la empresa o si la responsabilidad social de la empresa incluía la ética empresarial fue un debate interno.
Sin embargo, algo se extrae de este debate, la rama filosófica de la ética empresarial académica pone de relieve los aspectos normativos de la ética empresarial y la rama de las ciencias sociales pone de relieve los aspectos descriptivos de la ética empresarial, a través del estudio y la descripción de las prácticas realmente encontradas en el mundo de los negocios.
La última estudiaba los diferentes efectos de las distintas prácticas, así como las diversas actitudes de cara a determinadas prácticas empresariales de las distintas sociedades 8. Los aspectos sociales de la gestión incluyen la ética entre sus componentes, pero la ética empresarial contiene mucho más que aspectos sociales y no todos los aspectos sociales son aspectos éticos, incluso cuando muchos aspectos sociales puedan ser considerados desde una perspectiva moral y podamos hacer una valoración moral de los aspectos económicos y legales de los negocios.
El enfoque descriptivo ha demostrado ser más cordial con los negocios puesto que es menos crítico y por su cualidad práctica se ajusta mejor al enfoque empírico de los negocios. El enfoque filosófico era considerado con recelo y, en cierto modo, continúa siéndolo por muchos de los agentes empresariales y, al principio, los que defendían el enfoque filosófico de la ética empresarial no eran bien recibidos en el mundo de los negocios por los que defendían los aspectos sociales, ni por las escuelas de negocio en general.
- Todos ellos cuestionaban las credenciales de los que empleaban la filosofía para evaluar aspectos complejos del mundo empresarial, y a menudo el enfoque filosófico se consideraba antitético para los negocios.
- Al mismo tiempo, muchos departamentos de filosofía sentían que aquellos que participaban en el estudio de la ética empresarial no hacían realmente filosofía según ellos la definían.
Pese a estas reacciones iniciales, antes de los años noventa la ética empresarial se consolidó como una disciplina académica generalmente aceptada. El énfasis se puso inicialmente en las grandes empresas y es a estas a las que continúa afectando principalmente.
- No obstante, la investigación de los aspectos éticos en relación con las pequeñas y medianas empresas está en auge.
- En 1980, se fundaba la Society for Business Ethics (SBE) 9, principalmente por los vinculados a la corriente filosófica.
- La división de los aspectos sociales de la gestión de la Academy of Management, convertida en la organización más importante para los estudiosos del aspecto descriptivo de la ética empresarial, había existido desde 1976.
La Society for Business Ethics se reunió en principio con la American Philosophical Association. En 1989 cambió su reunión anual para preceder a la reunión anual de la Academy of Management, aunque continuó celebrando sesiones junto con la American Philosophical Association.
- La Society for Business Ethics continúa siendo la sede académica principal de la ética empresarial.
- En 1991 comenzó a publicar la edición trimestral de Business Ethics Quarterly con Patricia Werhane como editora.
- La rama filosófica de la ética empresarial académica pone de relieve los aspectos normativos de la ética empresarial y la rama de las ciencias sociales pone de relieve sus aspectos descriptivos.
Comenzaron a celebrarse congresos cada vez con mayor asiduidad sobre los temas y aspectos de la ética empresarial. En 1976, se fundó el Bentley Center for Business Ethics que hoy día continúa creciendo. Se crearon otros centros de ética empresarial en distintas universidades y comenzaron a surgir diarios dedicados a la reciente disciplina.
En tan solo diez años, ha aparecido al menos una docena de centros nuevos. En 1982, surgió el Journal of Business Ethics, A este siguieron otros diarios sobre ética empresarial. En 1987 Henk van Luijk y Georges Enderle sirvieron de instrumento para la fundación de la European Business Ethics Network (EBEN), cuyo objetivo era estimular el crecimiento de las sociedades nacionales en Europa y el desarrollo de la ética empresarial en muchos países europeos 10.
Antes de 2011, la EBEN enlazaba diecisiete redes nacionales. En 1988, se creó la International Society for Business, Ethics and Society que ayudó a promover el crecimiento de la ética empresarial en países de todo el mundo. Su primera reunión se celebró en 1992 y el Primer Congreso Mundial de Negocios, Economía y Ética se celebró en Japón en 1996.
Le siguieron otros congresos mundiales celebrados en São Paulo (2000), Melbourne (2004), Ciudad del Cabo (2008) y Varsovia (2012). En 1993, se creó la Japan Society for Business Ethics (JABES), y el congreso mundial de 1996 condujo a la creación de sociedades para la ética empresarial en América Latina y la Asociación Latinoamericana de Ética, Negocios y Economía (ALENE) en 1997; a la Business Ethics Network of Africa en 2000, que incluía miembros de veintidós países; a la Australian Business Ethics Network y a sociedades para la ética empresarial en India, China y otras partes del mundo 11.
La primera edición de Business Ethics: A European Review se publicó en 1992. Antes del nuevo siglo, la ética empresarial como disciplina académica se había afianzado con solidez en el ámbito internacional. Había demostrado que su existencia no era una moda pasajera, como auguraban algunos.
La ética empresarial se ha desarrollado y se ha expandido como lo han hecho los negocios. En 1989, Thomas Donaldson publicaba el primer libro sobre la ética empresarial internacional, al cual siguió el de Richard De George (1993). Ambos reflejaban la realidad del paso de los negocios al ámbito internacional, por lo que surgieron nuevos aspectos que debían ser tratados y para los que no existían soluciones no intuitivas o sencillas.
La globalización de los negocios fue el paso siguiente, y la informática, la revolución digital y el progreso de la tecnología de la información cambiaron aún más los negocios y dieron lugar a nuevos aspectos éticos relacionados con la privacidad y la propiedad intelectual, entre otros 12.
En 1984, R. Edward Freeman publicaba un libro en el que abogaba por una reconceptualización de la empresa, que llegó a tener una gran influencia tanto en la ética empresarial como en el vocabulario empleado por los negocios en la descripción de sus actividades. En Estados Unidos, las empresas tienen la obligación legal de gestionar el beneficio de sus accionistas.
En ocasiones, algunas empresas y comentaristas han dado a esta premisa un significado que les ha permitido establecer en todo momento la prioridad de los accionistas sobre el resto, cuyos intereses pueden considerarse legalmente secundarios. Esta es la visión de la empresa del accionista.
Freeman expone que las empresas tienen obligaciones de cara a sus stakeholders –sus accionistas, empleados, proveedores, clientes y cualquier otra persona con un interés en la empresa–. La reinterpretación no cambia las obligaciones éticas de las empresas, pero sí las hace más fáciles para argumentar que algunas veces otras partes interesadas tienen prioridad sobre los intereses del accionista 13.
A principios de siglo, la ética empresarial como disciplina académica había comenzado a adentrarse en su etapa de madurez. No obstante, puesto que su creación se produjo en Estados Unidos, la rama empírica creció lentamente en comparación con la rama filosófica.
Muchos de los filósofos especialmente activos en los comienzos de la disciplina pasaron a ocupar cátedras distinguidas en las escuelas de negocio, por lo general en departamentos de gestión. La Society for Business Ethics, originalmente dominada por filósofos, fue lentamente cediendo el paso a los de la rama de las ciencias sociales.
El número de artículos dedicados a la normativa consecuentemente cedió el paso a los de carácter empírico, y la gama de artículos sobre ética empresarial se estrechó, de forma que la mayor parte trataba la ética de la gestión en lugar de la comercialización, las finanzas, las relaciones humanas u otras áreas de negocio.
- Escándalos como el de Exxon, WorldCom y otros descubiertos a principios de siglo dieron lugar a una avalancha de libros y artículos sobre la dirección de empresas y la crisis financiera de 2007-2008 llevó a algunos a estudiar la ética de la industria financiera.
- Más allá de las fronteras de Estados Unidos hubo quienes consideraron la crisis financiera una crisis de la legitimidad del capitalismo, y algunos recurrieron a un análisis de la justificación ética del capitalismo financiero.
Estados Unidos mantuvo el dominio en la disciplina de la ética empresarial, pero aparecieron centros en muchos países de Europa, Asia, Sudamérica, Australia y África. En Estados Unidos, la disciplina de rápido crecimiento tuvo algún impacto en los negocios.
Pero la tercera corriente de la ética empresarial –la incorporación de la ética, o al menos lo que esta implica, a los negocios de gran escala en Estados Unidos– recibió el mayor impulso por parte de la legislación gubernamental. Las dos ramas que imperaron fueron la de la ética de la empresa y la de la responsabilidad social de la empresa.
A menudo las dos se dividen dentro de la misma compañía. Antes de la promulgación de leyes por parte del ejecutivo, algunas compañías, como fue el caso de Johnson & Johnson 14, adoptaron por su cuenta códigos e incorporaron a sus estructuras la deontología.
De forma parecida, empresas e industrias individuales reaccionaron a la presión pública de formas diversas. Por ejemplo, en 1978, General Motors y otras empresas estadounidenses con negocios en Sudáfrica adoptaron los conocidos como principios de Sullivan. Su acuerdo consistía en no obedecer las leyes discriminatorias y opresivas del apartheid en Sudáfrica e intentar con otras tácticas, incluida la presión al Gobierno, contribuir a su deslegitimación o incluso a su desaparición.
En 1984, tras el desastre de Union Carbide en su planta de Bhopal (India), que acabó con la vida de miles de personas y dejó cientos de miles de heridos, la industria química adoptó un código voluntario que se dio a conocer como la iniciativa Responsible Care.
El primer impulso gubernamental se produjo en 1977 con la aprobación de la ley sobre prácticas corruptas extranjeras en Estados Unidos. Esta ley prohibía a las empresas estadounidenses efectuar pagos a altos cargos de Gobiernos de países extranjeros para la obtención de contratos o favores especiales.
Transcurrieron veinte años hasta que los países de la OCDE adoptaran una legislación similar. El segundo impulso fue la Defense Industry Initiative (DII) en materia de ética y conducta empresarial (1986). Se trataba de una iniciativa promovida por contratistas de defensa en respuesta a una serie de irregularidades en contratos celebrados con el Gobierno de Estados Unidos.
- Los signatarios (treinta inicialmente y finalmente cincuenta) acordaron someterse a un código de conducta, establecer programas de formación deontológica para empleados y desarrollar mecanismos de control para detectar conductas inapropiadas.
- Este se convirtió en el modelo para la guía United States Federal Sentencing Guidelines for Corporations (1991), que sirvió de zanahoria para el garrote de la legislación federal.
Facilitó a las empresas un gran incentivo económico para nombrar a responsables de ética, instaurar el programa de formación deontológica para todos los empleados y desarrollar, adoptar y hacer cumplir un código de conducta. Si así lo hicieron y la empresa, o uno de sus empleados, eran declarados culpables por haber defraudado al Gobierno de algún modo, la sanción impuesta podía reducirse hasta un 96% de la sanción máxima de 290 millones de dólares.
- La incorporación de la ética a la empresa se convirtió en algo rentable, y dejó de ser un complemento caro de quizá dudosa rentabilidad.
- El cuarto impulso gubernativo se produjo con la Ley Sarbanes-Oxley de Estados Unidos (2002), promulgada en la estela del escándalo de Enron y otros afines que involucraban a la dirección de las empresas.
Como resultado de la legislación, las empresas se enfrentaron a la nueva tarea de establecer un cargo de responsabilidad deontológica e introducir códigos y mecanismos de control y aplicación de los mismos. Para muchas empresas –aunque no para todas– este era un terreno nuevo y desconocido.
- Un resultado fue la creación de la Ethics Officer Association en 1992 (que pasó a ser la Ethics and Compliance Officer Association –ECOA– en 2005).
- La asociación representaba una red y un foro para que sus miembros intercambiaran ideas y estrategias sobre la ética y el cumplimiento del marco jurídico.
Aunque se creó con diecinueve empresas estadounidenses y su sede se estableció en Estados Unidos, antes de 2011 contaba 1.200 miembros situados en más de treinta países 15. El resultado global fue la incorporación de la ética como parte de la estructura de muchas compañías.
Al mismo tiempo, de diversas formas y en distintos lugares las empresas se vieron sometidas a una presión creciente por parte de las ONG y el público general para convertirse en buenos “ciudadanos corporativos” o comprometerse con el triple resultado contable (económico, medioambiental y social) y de otro modo girar su atención hacia la responsabilidad social corporativa con respecto a las comunidades en las que operaban.
Esta se convirtió en la segunda rama de la ética empresarial de la corriente empresarial de la ética empresarial. La responsabilidad social corporativa ha pasado a ser algo que las empresas no pueden seguir ignorando sin arriesgarse a dañar su imagen pública.
No obstante, el énfasis en la responsabilidad social corporativa se ha considerado en algunos casos equivalente a la ética empresarial, incluso cuando solo algunas de las obligaciones sociales de las empresas son obligaciones éticas –otras son legales o simplemente una respuesta a los deseos de la presión de una minoría ruidosa u otros grupos– e incluso cuando las empresas tienen muchas obligaciones éticas no incluidas en la responsabilidad social corporativa.
Muchas empresas tienen dos responsables y dos departamentos: uno de responsabilidad social corporativa que se encarga de las obligaciones externas y uno interno –un departamento de ética corporativa– que se encarga de la formación deontológica interna y otros aspectos.
Las empresas pueden contar con programas ejemplares de responsabilidad social corporativa y ser éticamente deficientes en otras áreas de sus operaciones, como quedó demostrado en el caso de Enron. La responsabilidad social corporativa ha pasado a ser algo que las empresas no pueden seguir ignorando sin arriesgarse a dañar su imagen pública.
Muchas empresas multinacionales han adoptado códigos que incluyen sus prácticas en todo el mundo o se han adscrito a conjuntos de principios tales como los principios de Caux 16 o los principios incluidos en el Pacto Mundial de las Naciones Unidas. El Pacto Mundial contiene diez principios que tratan los derechos humanos, los estándares laborales, el medioambiente y la corrupción.
- Mediante su adhesión, las empresas se comprometen a cumplir los principios y establecer la mejor forma de implantarlos.
- La iniciativa ha crecido hasta superar los 8.000 participantes, en los que se incluyen más de 5.300 negocios de 130 países de todo el mundo y acoge a seis agencias de la ONU.
- En 2011, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ratificó una serie de principios rectores sobre empresas y derechos humanos que establecen una normativa global en lo que respecta a los derechos humanos y la actividad empresarial 17.
El Pacto Mundial promueve la creación de redes locales de ámbito nacional y regional para compartir información, desarrollar los medios adecuados para la implantación de tales principios y animar a otras compañías para que se adhieran a ellos. El pacto es compatible con otros códigos y se basa en última instancia en la autorregulación.
- Además, la autorregulación no es necesariamente la antítesis del reglamento gubernamental, y ambos alcanzan la eficacia óptima cuando se aplican juntos, por ejemplo, para abolir el trabajo infantil opresivo.
- Aunque el Pacto Mundial de las Naciones Unidas se identifica a sí mismo con la ciudadanía corporativa, engloba aspectos tanto de la responsabilidad social corporativa como de la ética empresarial, en la medida en que hacen hincapié en el respeto de los derechos humanos.
El modo en que se desarrolla el papel de la responsabilidad social corporativa en la mayoría de los países europeos, en los que el Gobierno tiene mayor participación que en Estados Unidos, varía al igual que lo hacen los aspectos que dirige la ética empresarial.
Los sindicatos tienen más voz y voto en las empresas europeas que en las de Estados Unidos, y muchos de los derechos laborales que se negocian en Estados Unidos se legislan en Europa. Las redes de seguridad implantadas son también diferentes. En otras partes del mundo ocurre lo mismo y los aspectos en países en vías de desarrollo difieren de los existentes en los países desarrollados.
Aunque ampliamente aceptada, la responsabilidad social corporativa es de algún modo un concepto impreciso y adoptado a menudo por las compañías en respuesta a la crítica externa sin ningún marco general o conjunto de valores. En el caso de empresas multinacionales o transnacionales, existe igualmente ambigüedad sobre si las responsabilidades sociales de una empresa reflejan las exigencias de la sociedad en la que tiene su sede o las de las sociedades en las que opera.
- El componente ético de la responsabilidad social corporativa se establece en todo caso por las reglas éticas y no simplemente por las exigencias de grupos con intereses creados.
- La globalización de los negocios ha traído consigo la globalización de la ética empresarial en sus tres corrientes.
- Aunque el énfasis continúa estando principalmente en la ética empresarial de cada nación o región, con parte de la literatura dedicada a comparaciones nacionales o culturales cruzadas, la verdadera globalización de la ética empresarial sigue encontrándose en sus inicios.
Se presta algo de atención a aspectos mundiales como el calentamiento global, pero la batalla se libra en las sedes políticas nacionales y regionales. El componente ético de la responsabilidad social corporativa se establece por las reglas éticas y no simplemente por las exigencias de grupos con intereses creados.
Lo que ha quedado claro en los últimos cuarenta años es que las tres corrientes de la ética empresarial se encuentran relacionadas entre sí. En ocasiones, la evolución se produce en la literatura de la ética empresarial académica para motivar un aumento de la conciencia pública, pues publicistas y activistas aprovechan la idea para generar presión pública que estimule la actividad corporativa.
En el resto de las ocasiones, la ética empresarial académica sigue el sentimiento público o reacciona ante prácticas empresariales. Lo que también ha quedado claro, no obstante, es que la ética empresarial por sí misma es insuficiente para llevar la disciplina sobre la actuación empresarial a un nivel que beneficie a todos.
La crítica académica, las protestas públicas, la autorregulación y los códigos corporativos o industriales solo pueden llegar hasta ahí. En algún momento, se requiere la legislación gubernamental. La legislación, sin embargo, es nacional o local. No existe una legislación internacional efectiva que se adapte a la globalización de los negocios, y la corrupción en el ámbito gubernamental impide el crecimiento de la ética empresarial en el ámbito local de muchos países.
Incluso algunos de los países de la OCDE han sido laxos en este sentido, por ejemplo, en la implantación y aplicación de legislación nacional que prohíba el soborno de Gobiernos extranjeros 18. No obstante, en 2011 la ética empresarial ha dejado de ser considerada una contradicción.
¿Cómo podemos obtener ventajas competitivas a través del buen manejo dela ética y responsabilidad social?
Cuando una organización es socialmente responsable, tiene un mayor impacto en sus stakeholders o grupos de interés, ya que al preocuparse por las problemáticas sociales y ambientales, e intentar solucionarlas, la decisión de compra de los consumidores cambia. La empresa se hace más rentable y le da mayor credibilidad.